PUBLICADA ESPAÑA EXTERIOR
ESTAMOS MUY LEJOS DE LA SOLUCION
Asistimos impertérritos al grave problema de los desplazamientos humanos que se arrastran desde los desiertos subsaharianos hasta chocar contra las vallas de una Unión Europea que tiene su frontera en Africa. Y no somos capaces de liderar proyecto alguno que remueva las conciencias de los pueblos que son, al mismo tiempo, receptores de mano de obra y lanzaderas de jóvenes que se arriesgan a situarse en lugares en los que los derechos y deberes se asientan sobre pilares muy frágiles y supeditados a unos intereses muy localistas. ¿ Y qué puede hacer el Gobierno español con un panorama tan inquietante?
PRIMERO.- Saber qué españoles componen esa gran familia denominada emigración, y cuya salida España obedece a una necesidad de encontrar trabajo o desarrollar un proyecto que se le ha negado aquí. “Saber” no sólo es fijar un número, sino algo más. Es dotarles de medios y sistemas para que se sientan amparados en sus derechos. Es proporcionarles instrumentos jurídicos adecuados para que puedan tomar decisiones sobre su país. ¿Cómo no sentir vergüenza al comprobar que en las últimas Elecciones Generales de 2011 solo votaron el 4,95% de los emigrantes españoles? ¿De qué sirve aprobar y aprobar leyes y decretos si carecen de un mínimo rigor jurídico y están elaborados al margen del conocimiento de los problemas que se quiere regular? Ahora todos critican la LOREG, pero la norma que la sustituya volverá a pecar de los mismos defectos: Leyes elaboradas por equipos jurídicos incompetentes, con sesgos de partidismo y sin atender a las propuestas y resoluciones de los que realmente conocen la materia, o sea, los propios emigrantes y sus representantes. ¿Por qué seguir legislando de “espaldas” a una realidad tecnológica que ofrece infinidad de soluciones a la dispersión y lentitud localista?
SEGUNDO.- Disponer de datos que nos permitan conocer qué es y qué potencial ofrece cada emigrante La emigración a Suiza, por ejemplo, tiene unos componentes bien diferentes a la emigración a la que estamos sometiendo a nuestros postgraduados en EE.UU. o Dubai Si fuésemos capaces de conocer y mimar el inalcanzable potencial de los españoles en el extranjero, y arbitrásemos un protocolo de actuación para reconducir ese potencial cultural y económico hacia nuestro pais, posiblemente el paro se rebajaría a cifras sorprendentes. Vale mas una visita de un Presidente Autonómico a los empresarios españoles en la emigración que cien leyes o cien panfletos ensalzando el flamenco o la tortilla patria. La política exterior actual es la política de la venta y compra de mercados. Así de claro y así de contundente.
TERCERO.- Establecer un sistema de ayudas dignas que compense al emigrante retornado o que desea retornar. Pero esto no se alcanza con un “gesto comprensivo”, ni con una “manifestación reventada”. Se consigue cuando en el Proyecto se ponen a trabajar los conocedores del problema, que además gozan del respaldo de una realidad contrastada y de la voluntad del dirigente convencido. Mientras la “fuerza de la emigración “ sólo alcance 4,95% de votos, de poco vale hablar de “remesas de divisas enviadas”, de ahorro en los servicios y bienes públicos (enseñanza, sanidad, carreteras),o de ausencia de conflictividad laboral. “Dejemos las cosas como están…”, se nos dirá. Pero así difícilmente alcanzaremos una solución. Si no hay esfuerzo de análisis, liderazgo en las propuestas y comprensión en los postulados, estamos diciendo NO a la realidad”, en frase de Steiner. Todo lo contrario a lo que hizo el penúltimo líder de nuestra Historia, que ahora agoniza lentamente, y que supo primar los intereses generales a los de su partido, en un afán por tratar de acercar las soluciones a las realidades: Eso que nosotros anhelamos para nuestra emigración.
Fdo. Ricardo Martínez Barros