LOS INDIGNADOS Y LA LEY

PUBLICADA ESPAÑA EXTERIOR



LOS INDIGNADOS Y LA LEY





El articulo 14 de la vigente Constitución española dice: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna…”    Y el art. 21.2 del mismo Texto constitucional dice: “en los casos de reuniones (y manifestaciones) en lugares de tránsito público se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá  prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración de orden publico, con peligro para personas o bienes”



El art. 21 de la Constitución de la República  Bolivariana de Venezuela dice: “Todas las personas son iguales ante la ley”.  Y el art. 53 de ese mismo Texto aprobado en 1999 (y que derogó el anterior de 1961) dice: “Toda persona tiene derecho a reunirse sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas. Las reuniones en lugares públicos se regirán por la ley…”

Cualquier Estado que propugne (como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación) la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, es un Estado ejemplar.

Y cualquier  Estado que tenga,  como fines esenciales, el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución… Y admita que la educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines, merecería el aplauso y satisfacción de cualquier “indignado”

Bueno, pues esto último, es lo que se consagra en los artículos 2 y 3 de la Constitución del Sr. Chávez de Venezuela, país referente del que nadie duda sobre su talante democrático y su preocupación por la defensa de los derechos fundamentales y, especialmente, por la defensa del  derecho a la reunión y manifestación.

Todos estamos indignados, incluidos los empresarios que ven como sus pepinos y frutos de su huerta están “acusados” de portar la bateria E.coli. Pero indignados de nuestras plazas publicas qué son, ¿son de IU, del PSOE, del PP? ¿acaso están indignados porque sus progenitores son funcionarios elegidos a dedo o tal vez porque reniegan de ser hijos o familiares de promotores o constructores de viviendas o de asalariados que cobraban el paro mientras hacían otras chapuzas por las que no cotizaban?  ¿Quiénes les dan dinero para que puedan sobrevivir en tan ínfimas condiciones?

Se les denominan el “15-M”. Y a los que pusieron las bombas en los trenes, unos días antes de las elecciones generales de 2004, se les denominaron los “11-M”. No puede ser que, siempre que hay elecciones en este país, aparezca la “M” por algún lado. Y no puede ser que unos y otros estén bajo la misma “M”, separados por muy pocos dígitos. Nada tiene que ver la “M” del “11” con la “M” del “15”, y con ninguna otra “M” que volverá a aparecer cuatro o cinco días antes de las próximas elecciones.



Los “indignados” lo que quieren es que se cumpla la ley, pero no esta ley, ni la de Venezuela, sino una “nueva ley” que, si bien tendrá la misma redacción que los textos constitucionales que he citado arriba, sin embargo sería “controlada” por ellos mismos. Es decir, no importa tanto cuál sea la ley que se apruebe, sino quién la interprete y la lleve a la práctica. Si casi todos los textos de todas las constituciones nacionales son similares, el problema está en quién aplica esos textos.

Y uno comienza a preguntarse ¿Hay alguna diferencia entre la Constitución española y la de Venezuela? ¿Hay alguna diferencia entre un presunto delincuente de San Sebastián y un presunto delincuente de Valencia? Y ¿por qué no hay indignados frente al Ayuntamiento de san Sebastián o en la plaza pública de Caracas si la ley es igual para todos los indignados? Y ¿por qué no hay indignados ingleses en Londres e indignados alemanes en Berlin o indignados americanos en Washginton?

¿Son iguales ante la ley los indignados? o tal vez quizás  las leyes no sean iguales para todos los indignados. No lo sé, pero ahora sólo me preocupa que en el calendario de las elecciones haya tantas “M” y que sigamos indignados contra nuestras leyes, y no contra los que las aplican, sean del signo que sean. Y por eso no estaría de más, y mi recomendación para todos los indignados, es que analicen en su entorno, comenzando por sus amigos y familiares mas allegados, cómo aplican esas leyes universales que se recogen en todos los textos constitucionales, no vaya a ser que la Constitución de Hugo Chávez tenga razón cuando en su articulo 3 proclama:  La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines. Así sea.



 



Mayo 2011                                                                                                      Fdo. Ricardo Martínez Barros



 


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