NO SE CON QUIEN, PERO LA EMIGRACION PIERDE

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NO SE CON QUIEN, PERO LA EMIGRACION PIERDE



Cierto: El titulo de hoy viene “retorcido”, o quizás sea solo una parodia de aquella famosa ocurrencia (“no sé quienes, pero ganaremos”) que el politico-registrador Pio Cabanillas pronunció poco después de la muerte de Franco y cuando estaba en ciernes la elaboración de los textos legislativos que regularían el sistema electoral. El motivo por qué revolotea entre mis neuronas esta dichosa frase lo desconozco. Pero me temo que no ando muy desacertado cuando barrunto que, sea cual sea el Gobierno que nos “desgobierne”, los problemas de la EMIGRACION van a seguir “perdiendo”. Y ya no es una cuestión de voluntad o buenas intenciones, es algo mas: es no querer aceptar que la sociedad actual tiene un grave problema, tanto a nivel nacional como a nivel global, con los movimientos migratorios. Solo “asumiendo que hay un problema” seguro que será más fácil encontrar soluciones. Este pensamiento iluso choca con la actitud de determinados “pseudo-líderes” mundiales, obsesionados por orillar el problema o, en el peor de los casos, criminalizar a los que, por necesidad, se desplazan para poder seguir comiendo Determinadas Comunidades Autónomas están haciendo unos esfuerzos encomiables para proteger los derechos de sus emigrantes. Pero muchas veces chocan con la “impudicia” de la competencia que al Estado le atribuye la Constitución de 1978 (art. 42). Hasta el punto que aquel prioriza el establecer “políticas” que orienten el retorno de los emigrantes, cuando no creo que esa sea el principal problema de la emigración, pues muchos emigrantes no desean regresar, aunque lo que sí desean es que les protejan en sus derechos económicos y sociales, que es lo que le ordena el art. 42 de la CE. Ciento y pico trabajadores de un aeropuerto son capaces de paralizar la actividad de tránsito de millones de personas y causar graves perjuicios a la economía nacional, sin embargo dos millones de emigrantes no son capaces de obligar a que, de una vez por todas, desaparezca el voto rogado o se impida la doble imposición o se proteja el retorno de aquellos jóvenes profesionales desesperados que se han visto obligados a aplicar sus conocimientos y capacidades en empresas extranjeras que se aprovechan de una enseñanza que se ha sufragado con los impuestos de todos los españoles. ¿Deben ser los Tribunales de Justicia los que procedan a desmarcarse de tanta ineptitud y “pacatería” que están exhibiendo los gobiernos que no gobiernan? Yo no lo descarto. Y mientras tanto, permítanme que me lamente gritando: “no sé con quien, pero la emigración volverá a perder”



9 de agosto de 2019



RICARDO MARTINEZ BARROS


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